domingo, 1 de abril de 2012

31 de marzo de 1812




El 31 se continúan con actividad los atrincheramientos (N,N), e independientemente de estos trabajos se llevó a cabo todavía un segundo recinto con los muros de los jardines y casas adyacentes, que se destruyeron con objeto de obligar al enemigo a multiplicar los asaltos. Las calles fueron cortadas por fosos en traveses y se realizaron hasta el último instante obras de defensa. En fin, había motivos para presumir que el enemigo no conseguiría arrollar estos obstáculos más que después de inmensos sacrificios.

Al venir el día, las dos baterías establecidas en la gola de la Picuriña, armadas de 20 piezas (1), comenzaron un fuego muy vigoroso contra la cara derecha del baluarte 7 y contra el flanco del baluarte 6, mientras que otra batería colocada en (o o) de cuatro obuses, batía de rebote el terraplén del baluarte 7 y el pie de la brecha para impedir los trabajos y crear obstáculos

La artillería de los frentes 6, 7,8,9 contesto vivamente. Se dispararon mas de 4.000 cañonazos de una parte y de otra durante el curso de esta jornada. EI fuego de fusilaría, fué también muy considerable y se continuó hasta bien avanzada la noche con encarnizamiento. El enemigo tuvo muchas piezas desmontadas y algunos pequeños almacenes de pólvora saltaron; nuestra artillería, a pesar de su estado de penuria, consiguió todavía retardar el fuego de los asaltantes. Por la noche había muchos escombros al pie de la muralla, y los destacamentos de trabajadores, dirigidos por oficiales de ingenieros, se dedicaban a levantarlos. Las tropas ejecutaron siempre estos trabajos con un valor heroico; estaban expuestas con frecuencia cuatro o cinco horas a la metralla y a las granadas de obuses que el enemigo lanzaba sobre este punto para impedir que trabajasen.

La ciudad sufrió también mucho; la desolación era general en las casas de los habitantes; la mayor parte, llenos de espanto, se refugiaban en las bodegas y en las iglesias, que ellos creían seguras, y encontraban la muerte bajo estos frágiles abrigos. La guarnición no tenía ninguna especie de casamatas, ni siquiera de blindajes; a pesar de ello, nuestras pérdidas en muertos y heridos, desde el 16 de marzo hasta aquel día, no se elevaron mas que a 700 hombres.

Durante la noche del 31 el enemigo destruyó una pequeña presa de tierra, que había sido construida hacía poco en (P) para retener las aguas y prolongar la inundación del Rivillas.

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(1) La batería (1) estaba armada de 12 cañones de 24; la batería (K) de ocho cañones de 18.

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