El 21, el fuego comenzó desde el amanecer y debieron experimentar grandes pérdidas los sitiadores; sin embargo, tres nuevas baterías en los puntos (C O E) se encontraban dispuestas delante de los frentes 7, 8,9, y la izquierda de la paralela se había extendido cerca del riachuelo del Rivillas (I).
Estas baterías parecían indicar que el enemigo conocía los defectos del frente 8, 9, que se consideraba, con razón, como uno de los más débiles de la plaza, no teniendo más que una escarpa mal revestida, sin foso ni contraescarpa, y vista desde el campo a mas de 1.000 metros, formada además de una cortina sin parapeto, detrás de la cual era imposible practicar un atrincheramiento. La elección de este punto de ataque no podía producir más que serias inquietudes; pero el enemigo no advirtió las ventajas que podía obtener. Dirigió todos sus esfuerzos, como se verá más adelante, sobre uno de los frentes que debía ofrecerle una gran resistencia, y que lo hubiera detenido largo tiempo si la guarnición hubiera sido más fuerte y los almacenes hubiesen estado mejor aprovisionados de municiones.
Con objeto de obviar los defectos del baluarte 8, 9, se elevo delante un pequeño atrincheramiento de tierra, a fin de cubrir los revestimientos, y se derribaron al mismo tiempo detrás de esta cortina, muchas casas que interrumpían las comunicaciones. Cayo mucha lluvia durante esta jornada, y la inundación alcanzo su punto más elevado, bañando los fosos del frente 7, 8.
Se ejecuto en este tiempo una comunicación cubierta para ir de la puerta de Trinidad a la luneta de San Roque, que, por su posición, podía tomarse de revés en el ataque del frente 8, 9 (II).
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(I) La batería (C) fue armada con seis cañones de 24, y enfilada la prolongación de la cara derecha del baluarte 7; la de (D) lo fue con cuatro cañones de 18, contra el baluarte 8, y la de (E), de cinco cañones de 24, contra la luneta de San Roque.
(lI) Esta comunicación fue acabada con lienzo. Su excesiva extensión hubiera necesitado un trabajo muy largo para hacerla toda de tierra. Para ocultarse se hizo tender sobre el borde del camino simples lienzos, en forma de cortina, levantados sobre pértigas. Nuestras fuerzas pasaban detrás sin ser vistas por el enemigo.
Estas baterías parecían indicar que el enemigo conocía los defectos del frente 8, 9, que se consideraba, con razón, como uno de los más débiles de la plaza, no teniendo más que una escarpa mal revestida, sin foso ni contraescarpa, y vista desde el campo a mas de 1.000 metros, formada además de una cortina sin parapeto, detrás de la cual era imposible practicar un atrincheramiento. La elección de este punto de ataque no podía producir más que serias inquietudes; pero el enemigo no advirtió las ventajas que podía obtener. Dirigió todos sus esfuerzos, como se verá más adelante, sobre uno de los frentes que debía ofrecerle una gran resistencia, y que lo hubiera detenido largo tiempo si la guarnición hubiera sido más fuerte y los almacenes hubiesen estado mejor aprovisionados de municiones.
Con objeto de obviar los defectos del baluarte 8, 9, se elevo delante un pequeño atrincheramiento de tierra, a fin de cubrir los revestimientos, y se derribaron al mismo tiempo detrás de esta cortina, muchas casas que interrumpían las comunicaciones. Cayo mucha lluvia durante esta jornada, y la inundación alcanzo su punto más elevado, bañando los fosos del frente 7, 8.
Se ejecuto en este tiempo una comunicación cubierta para ir de la puerta de Trinidad a la luneta de San Roque, que, por su posición, podía tomarse de revés en el ataque del frente 8, 9 (II).
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(I) La batería (C) fue armada con seis cañones de 24, y enfilada la prolongación de la cara derecha del baluarte 7; la de (D) lo fue con cuatro cañones de 18, contra el baluarte 8, y la de (E), de cinco cañones de 24, contra la luneta de San Roque.
(lI) Esta comunicación fue acabada con lienzo. Su excesiva extensión hubiera necesitado un trabajo muy largo para hacerla toda de tierra. Para ocultarse se hizo tender sobre el borde del camino simples lienzos, en forma de cortina, levantados sobre pértigas. Nuestras fuerzas pasaban detrás sin ser vistas por el enemigo.
Plano correspondiente al sitio: Plano Lamare
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Del "Diario de los Sitios" de Jones:
Los 1.400 hombres del turno de trabajo de día se emplearon en las baterías y en perfeccionar la paralela. La batería Nº2 (frente a La Picuriña) quedó finalizada y lista para instalar las piezas.
A las 07.00 a.m. la guarnición emplazó dos cañones de campaña en la orilla derecha del Guadiana para enfilar la paralela, pero debido al cambio de dirección de ésta realizado durante la noche sus fuegos causaron escasos efectos y apostando unos cuantos fusileros en la misma orilla que dispararon con precisión se consiguió la rápida retirada de los cañones.
Habiéndose observado dos oficiales franceses realizando un detallado reconocimiento de las colinas en el flanco de Pardaleras, a la izquierda de los aproches, nos hicieron suponer que planeaban establecer allí artillería para enfilar la paralela por este flanco, como habían hecho por el derecho. Por lo tanto, Lord Wellington ordenó establecer un piquete de cuarenta hombres en una hondonada cerca del puente del Calamón, y apoyarlo con un destacamento de 200 hombres acampados tras las colinas situadas entre el Calamón y el Rivillas. Dos piezas de 9 libras se asentaron en el mismo punto.
Intensas lluvias durante todo el día.
A las 07.00 a.m. la guarnición emplazó dos cañones de campaña en la orilla derecha del Guadiana para enfilar la paralela, pero debido al cambio de dirección de ésta realizado durante la noche sus fuegos causaron escasos efectos y apostando unos cuantos fusileros en la misma orilla que dispararon con precisión se consiguió la rápida retirada de los cañones.
Habiéndose observado dos oficiales franceses realizando un detallado reconocimiento de las colinas en el flanco de Pardaleras, a la izquierda de los aproches, nos hicieron suponer que planeaban establecer allí artillería para enfilar la paralela por este flanco, como habían hecho por el derecho. Por lo tanto, Lord Wellington ordenó establecer un piquete de cuarenta hombres en una hondonada cerca del puente del Calamón, y apoyarlo con un destacamento de 200 hombres acampados tras las colinas situadas entre el Calamón y el Rivillas. Dos piezas de 9 libras se asentaron en el mismo punto.
Intensas lluvias durante todo el día.
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