Diario de los defensores
A las doce de la mañana empezó la tropa su movimiento de salida por la Puerta de Trinidad y rastrillo de San Vicente, por esta última fue una columna pequeña de infantería con caballería portuguesa y por la otra salió el grueso de la infantería con la caballería española que ocupó las inmediaciones de la casa fuerte del Tinoco y la infantería formó sus columnas sobre el camino de Talavera. La batería enemiga del cerro de San Miguel rompió su fuego de cañón y obús con poco efecto, la Plaza dirigió los suyos contra la misma, y enseguida muchas tropas con la máxima serenidad y valor atacaron las baterías enemigas de los cerros del Almendro y de San Miguel, las que tomaron inmediatamente a la bayoneta, causando al enemigo mucho daño, no pudiendo clavar su artillería por no haber comparecido los que estaban nombrados para llevar los clavos, hachas y camisas embreadas; como las tropas que atacaron otros puntos no fueron sostenidas por otras de reserva, cargó el enemigo en fuerza y volvió a ocupar sus puestos, pero sin embargo de esto, muchas tropas volvieron al ataque y a apoderarse de las mismas baterías que quedaron también sin clavarse por las razones dichas, el enemigo repitió su carga con mayores fuerzas y recuperó sus puntos perdidos; nuestra caballería prosiguió muy poco otros ataques, y así sucedió que cuando el enemigo se retiraba no era incomodado como podía haber sido. El valor de nuestra infantería ha sobresalido en esa ocasión sobre todos, y aunque hemos tenido unas pérdidas de más de 600 hombres, entre muertos y heridos, los del enemigo han debido de ser mucho mayores, pues no tan solamente fue batido por nuestra infantería, sino que el cañoneo de la plaza estuvo siempre sobre él. Las fuerzas que presentaron los enemigos por los punto del Almendro, San Miguel y la Atalaya se re regula con 60 infantes. La salida de nuestras tropas por el rastrillo de San Vicente dirigido a un falso ataque al Cerro del Viento llamó la atención del enemigo que condujo hacia aquella parte como unos 20 hombres, en donde el fuego de cañón y fusil fue cruel. Se le hicieron 13 prisioneros, y aunque sufrimos bastantes pérdidas, no puede ser comparada con las del enemigo que fueron ahuyentados por la metralla cuando querían salir de las trincheras. A las 6 de la tarde todo estaba concluido, quedando el enemigo con una lección que le demostraba claramente el valor de las tropas españolas y que si estas tuvieran toda la disciplina regular y debida, los esclavos de un italiano, volverían a sus países cubiertos de afrentosas cicatrices, que según el estado actual de las cosas, muchos ejércitos se hallan esa necesidad de honor y asistencia, pues esa parte era tan olvidada. Que al no ser por las providencia de los Generales las tropas nada tendrían que comer. Durante el día y mientras nuestras tropas atacaban al enemigo arrojó a la plaza 76 entre bombas y granadas, Y en su noche ,58.
Dios guarde a V. E. M .A Badajoz
8 de Febrero de 1811.
Excmo. Señor:
Rafael Menacho
1 Opiniones:
Sería curioso saber porqué Menacho subraya hoy en su diario dos pasajes: el primero parece una queja de la actitud de la caballería..."nuestra caballería prosiguió muy poco otros ataques...", pero sin embargo no se queja de los que, por dos veces, no han salido a clavar los cañones y han hecho fracasar la acción..
El segundo subrayado no tiene nada que ver, parece un calentón final: "...que si estas tuvieran toda la disciplina regular y debida los esclavos de un italiano..."
Este día debió de ser muy duro para nuestro General, después de una arriesgada acción perfectamente planificada no consiguió resultados decisivos.
¡Quién sabe qué hubiera pasado si llegan a clavar esos cañones..."
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