Diario de un habitante de Badajoz
S. Fernando. Calor. No permitió el rey santo que su día pasara en silencio sin artillería, pues luego por la mañana empezáron las piezas de la plaza a hacer un fuego bastante vivo contra los trabajaos de los sitiadores que aparecieron en el Cerro del Viento , una batería de cuatro piezas y en el medio del cerro un camino cubierto que la circundaba por la parte que daba a la ciudad y al fuerte de Pardaleras. Los ingleses trabajaban a cuerpo descubierto sin temer ni al fuego de la plaza ni del fuerte, que desde las cuatro continuó lentamente, sumando cuatrocientos tiros entre el día y la noche.
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