Diario de un habitante de Badajoz
Día con mucho viento. Al amanecer los aliados abrieron fuego, pero éste cesó a las seis y no reanudó en todo el día. La plaza por su parte disparaba cada media hora.
A las 11 de la mañana se publicó un bando por orden del gobernador para que todos los habitantes sin distinción alguna entregasen a sus alcaides cuatro sacos de tierra; ordenando que los jornaleros obedecieran a los alcaides de sus barrios pues de lo contrario serían expulsados de la plaza sin poder llevarse sus efectos personales ni comestibles.
A la una de la tarde se presentó un parlamentario en la puerta de la Trinidad y una vez recibida la respuesta se marchó.
Durante esta noche hubo una gran tranquilidad, solo la plaza disparó a las 10 tres o cuatro granadas y a medianoche se escucharon algunos mosquetes.
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